Radio Club Pencopolitano - CE5RPP

Radio Club Pencopolitano

Autor: CE5VAO Página 4 de 10

Boletín, 24 de Mayo 2014: Arturo Fernández Vial, el Heroe de Iquique

por Luis Rodriguez Cuadra – CE5LRC

Durante la década de 1980, el nombre de Arturo Fernández Vial comenzó a masificarse gracias a irrupción del popular club de la Región del Biobío en el fútbol profesional. También por figuras que vistieron la camiseta aurinegra como Nelson Acosta, Mario Kempes, Arturo Sanhueza o Richard Zambrano.

Pero mucho antes, exactamente el 21 de mayo de 1879, el guardiamarina Arturo Fernández Vial fue uno de los héroes en el Combate Naval de Iquique, acontecimiento que este miércoles cumplirá el aniversario número 135.

«Siempre ha sido y fue un orgullo para la familia, porque estuvo en el Combate Naval de Iquique. Siempre celebrábamos el 21 de mayo. Pero siempre un tema bastante complicado, pues siempre a Fernández Vial se le conoció por el equipo de fútbol», expresa a La Tercera Felipe Simián Fernández, bisnieto del histórico personaje que inspiró el nombre del club penquista.

«Cuando era chico -tengo 42 años- era el equipo de fútbol para todo el mundo«, añade el descendiente. Por este motivo, y para valorar a Arturo Fernández Vial en todo su esplendor, comenzó a recopilar datos sobre la actuación de su bisabuelo en Iquique. «Sabía que había clavado la bandera (en la Esmeralda). Sabíamos que era un marino ilustre, que su nombre era el de un equipo de fútbol, que amigo de Gabriela Mistral. Se sabían cosas de él. Pero después descubrimos que tuvo un rol muy importante en el combate naval de Iquique», explica Simián Fernández.

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DEFENDIENDO LA BANDERA HASTA EL FINAL
Junto al nieto de Arturo Fernández Vial, Pedro Naveillan Fernández, y la historiadora Paulina Gómez Miranda, Felipe Simián Fernández inició una investigación para aclarar con exactitud lo que hizo el entonces guardiamarina a bordo de la Esmeralda el día del combate. Y el trabajo de recopilación -fechado en noviembre de 2009- concluyó que Fernández Vial tuvo un relevante papel tras el abordaje y posterior muerte de Arturo Prat.

Después del primer espolonazo del Huáscar y el fallecimiento del capitán de la Esmeralda en el barco peruano, asumió el mando de la nave chilena Luis Uribe, el segundo en antigüedad. Durante un breve cese al fuego, encabezó una reunión de tenientes para decidir qué hacer ante la evidente desventaja en el combate. En medio de ella, y para evitar que Miguel Grau (Comandante al mando del Huáscar) creyera que los oficiales chilenos analizaban la rendición, se ordenó a un marino subir por el Palo de Mesana para reforzar la bandera chilena.

En ese momento, Arturo Fernández Vial trepó y clavó las drizas de la bandera chilena. De este modo, el emblema patrio era reforzado, con el objetivo que evitar que se arriara. Esta fue la señal de que los chilenos no se rendirían, y que estaban dispuestos a pelear hasta morir.

«Siempre se decía que era alguien desconocido. Pero nosotros, a través de documentos de la época, descubrimos que él había hecho eso. Y ese hito dentro del combate fue súper importante porque, de frentón, se lucha hasta la muerte. No es algo menor», complementa Simián Fernández.

Luego de este episodio, Miguel Grau comprendió que los chilenos no se rendirían, por lo que decidó atacar con un segundo espolonazo. Previo a ello, Ignacio Serrano encabezó un grupo que intentaría un segundo abordaje. La misión de Fernández Vial era lanzar un anclote al Huáscar, para mantener la unión de la Esmeralda con el buque peruano.

Sin embargo, el segundo espolonazo y el abordaje se produjeron anticipadamente, por lo que Fernández Vial quedó con el anclote en sus manos. Inmediatamente, y en medio del fragor de la batalla, surgió entre los tripulantes la preocupación por la integridad del pabellón patrio tras la muerte de toda la «guardia de bandera».

Las esquirlas provenientes del Huáscar hacían correr el riesgo de que la bandera chilena se desprendiera. Por esta razón, Arturo Fernández Vial y Vicente Zegers deciden izar una segunda. Es decir, la Esmeralda quedó con dos banderas nacionales izadas, a fin de que al menos una se mantuviera flameando en caso de que alguna de ellas fuese arrancada por un proyectil.

«Fernández Vial fue el alma del buque después de que murió Prat. Incluso, después del segundo espolonazo, junto con Vicente Zegers subieron una segunda bandera chilena. Estuvo avivando a la gente todo el tiempo«, refuerza el bisnieto.

Tras ello, el Huáscar giró con rapidez para dar un tercer espolonazo, esta vez el definitivo. Junto a Zegers, Arturo Fernández Vial -de 21 años al momento del combate- se mantuvo en la posición de «guardia de bandera» hasta el hundimiento de la Esmeralda. Finalmente, fue apresado por los peruanos y, con posterioridad, liberado tras un canje de prisioneros.

EL «LOCO» ARTURO FERNÁNDEZ VIAL: «LA PEGA LA HICE»
Después de su particiación en el Combate Naval de Iquique, Raimundo Arturo Fernández Vial (nacido el 15 de marzo de 1858 y fallecido el 6 de noviembre de 1931) continuó en la Armada y llegó a convertirse en almirante. Estuvo en la institución hasta 1916, cuando se le otorgó su retiro.

Todavía como uniformado, fue encomendado para realizar distintas misiones como, por ejemplo, estudiar y atender el cambio de la artillería a fines del siglo XIX; también organizó por primera vez en Chile compañías del desembarco en la Armada; realizó viajes de instrucción de guardiamarinas a Estados Unidos, Japón y Oceanía; fue enviado a Inglaterra a inspeccionar la construcción de diversas naves para el Gobierno de Chile; entre otras tareas.

Por otro lado, siendo aún parte de la Armada y también después de su retiro en 1916, Arturo Fernández Vial tuvo una activa participación como organizador social. Entre otras obras, creó escuelas nocturnas para obreros, lideró asociaciones deportivas vinculadas al fútbol y al atletismo, y creó la Acción Cívica Contra el Alcoholismo. «Él siempre decía que el alcohol era uno de los peores males de la sociedad», explica Simián Fernández (En la foto de arriba posando junto al retrato de su bisabuelo).

El bisnieto destaca que Arturo Fernández Vial «no era clasista», y que no tenía problemas para relacionarse con el mundo obrero. Tanto que «cuando se salió de la marina lo agarró la izquierda. Era un referente social». 

Estando todavía en la Armada, cuenta que «a la gente de mar le enseñaba a cantar para levantar y mantener el ánimo. Llegó a tal envergadura que dijo ‘yo necesito que la gente cante mientras hace deporte. E inventaba canciones, para levantar el ánimo. Un diputado de la época dijo ‘cómo se le ocurre enseñar a cantar a la gente que no tenía educación’. Los hacía hacer deporte y cantar».

«En la marina propuso el deporte. Caminaba. El ‘loco’ decía ‘me falta caminar 15 cuadras. Si me quedo en cama no hago nada. Hay que ejercitarse’. Todo eso lo hacía en medio de su actividad», añade.

Lo de «Loco» lo explica Simián Fernández: «Todo el mundo ocupaba sombrero en la calle. Él no lo usaba porque lo encontraba una estupidez (…) en las películas de la época todos usaban sombrero. El ‘viejo’ creía que era una estupidez. Y todo el mundo se lo sacó, pero él lo hizo diez años antes».

Además, cuenta que «siempre lo invitaban a conmemorar el 21 de mayo, porque era un héroe. Pero decía que no le interesaba, decía que ‘la pega la hice'».

EL CLUB ARTURO FERNÁNDEZ VIAL: «ES UN ORGULLO, TENEMOS EL MISMO REFERENTE»
En 1903, en Valparaíso se juntó un numeroso grupo de trabajadores portuarios y ferroviarios, que estaban muy cerca de llegar a una huelga. Y como algunas revueltas iniciales hacían pensar en un fuerte conflicto, el presidente Germán Riesco designó al Jefe de Plaza de Valparaíso, Arturo Fernández Vial, como responsable para detener la huelga.

«El sistema judicial no estaba tan desarrollado como ahora. Entonces, el presidente le dijo que resolviera todo. Y el Almirante solucionó el conflicto sin derramar una gota de Sangre«, relata el bisnieto de Arturo Fernández Vial. El Jefe de Plaza aceptó gran parte del petitorio de los trabajadores.

Paralelamente, ese mismo año 1903 se realizaron las Olimpiadas Deportivas de Valparaíso. Uno de los participantes fue el «Club Deportivo Ferroviario Internacional de Concepción», que había sido fundado en 1897 por trabajadores del ferrocarril. Y con el recuerdo fresco de las reivindicaciones aceptadas, los penquistas decidieron rebautizarse como «Club Deportivo Almirante Arturo Fernández Vial», el 15 de junio de 1903.

«Es un orgullo. No hemos tenido mucho vínculo con el equipo de fútbol. No sabría decir por qué. Tenemos el mismo referente, pero no hay mayor vínculo», confiesa Simián sobre la relación de los descendientes de Arturo Fernández Vial con el club de Concepción.

En todo caso, asegura que «al equipo de fútbol hay que destacarlo porque es como el ‘Colo Colo del sur’. Todo el mundo conoce a Fernández Vial por el equipo, pero se nos está perdiendo el combate de Iquique».

Boletín, 23 de Mayo 2014: Descubrimiento de las Ondas Electromagneticas

por Luis Rodriguez Cuadra – CE5LRC

Las bases teóricas de la propagación de ondas electromagnéticas fueron descritas por primera vez por James Clerk Maxwell en un documento dirigido a la Royal Society titulado Una teoría dinámica del campo electromagnético, el cual describía su trabajo entre los años 1861 y 1865.

Heinrich Rudolf Hertz, entre 1886 y 1888, fue el primero en validar experimentalmente la teoría de Maxwell, demostrando que la radiación de radio tenía todas las propiedades de las ondas y descubriendo que las ecuaciones electromagnéticas podían ser reformuladas en una ecuación diferencial parcial denominada ecuación de onda. Hertz dio un paso de gigante al afirmar que las ondas se propagaban a una velocidad electromagnética similar a la velocidad de la luz, y ponía así las bases para el envío de las primeras señales. Como homenaje a Hertz por este descubrimiento, las ondas electromagnéticas pasaron a denominarse hertzianas.

Estos científicos pusieron la base técnica para que la radio saliera adelante, ya que la propagación de las ondas electromagnéticas fue esencial para desarrollar el que posteriormente se ha convertido en uno de los grandes medios de comunicación de masas.

PRIMERAS TRANSMISIONES POR RADIO.
Resulta difícil atribuir la invención de la radio, en su tiempo denominada «telegrafía sin hilos», a una única persona. En diferentes países se reconoce la paternidad en clave local: Alejandro Stepánovich Popov hizo sus primeras demostraciones en San Petersburgo, Rusia; Nikola Tesla en San Luis, Misuri, Estados Unidos y Guillermo Marconi fue quien primero puso en práctica y comercializó el invento desde el Reino Unido. En 1896, Marconi obtuvo la primera patente del mundo sobre la radio, la Patente británica 12039, Mejoras en la transmisión de impulsos y señales eléctricas y un aparato para ello. Países como Francia o Rusia rechazaron reconocer su patente por dicha invención, refiriéndose a las publicaciones de Popov, previas en el tiempo.

El 7 de mayo de 1895 el profesor e ingeniero ruso Alexandr Stepánovich Popov había presentado un receptor capaz de detectar ondas electromagnéticas. Diez meses después, el 24 de marzo de 1896, ya con un sistema completo de recepción-emisión de mensajes telegráficos, transmitió el primer mensaje telegráfico entre dos edificios de la Universidad de San Petersburgo situados a una distancia de 250 m. El texto de este primer mensaje telegráfico fue: «HEINRICH HERTZ».

En 1897 Marconi montó la primera estación de radio del mundo en la Isla de Wight, al sur de Inglaterra y en 1898 abrió la primera factoría del mundo de equipos de transmisión sin hilos en Hall Street (Chelmsford, Reino Unido) empleando en ella alrededor de 50 personas. En 1899 Marconi consiguió establecer una comunicación de carácter telegráfico entre Gran Bretaña y Francia. Tan sólo dos años después, en 1901, esto quedaría como una minucia al conseguirse por primera vez transmitir señales de lado a lado del océano Atlántico.

Nikola Tesla, en San Luis (Missouri, USA), hizo su primera demostración pública de radiocomunicación en 1893. Dirigiéndose al Franklin Institute de Filadelfia y a la National Electric Light Association describió y demostró en detalle los principios de la radiocomunicación. Sus aparatos contenían ya todos los elementos que fueron utilizados en los sistemas de radio hasta el desarrollo de los tubos de vacío. En Estados Unidos, algunos desarrollos clave en los comienzos de la historia de la radio fueron creados y patentados en 1897 por Tesla. Sin embargo, la Oficina de Patentes de Estados Unidos revocó su decisión en 1904 y adjudicó a Marconi una patente por la invención de la radio, posiblemente influenciada por los patrocinadores financieros de Marconi en Estados Unidos, entre los que se encontraban Thomas Alva Edison y Andrew Carnegie. El 12 de diciembre de 1901, Marconi transmitió, por primera vez, señales Morse por ondas electromagnéticas.

DESARROLLO DURANTE EL SIGLO XX
En 1906, Alexander Lee de Forest mejoró el invento de John Fleming, otorgándole con su triodo mayor cobertura y calidad de transmisión, lo que permitió la proliferación de las emisiones de radio. En 1907, inventaba la válvula que modula las ondas de radio que se reciben y de esta manera creó ondas de alta potencia en la transmisión.

En 1909 Marconi, con Karl Ferdinand Braun, fue también premiado con el Premio Nobel de Física por sus «contribuciones al desarrollo de la telegrafía sin hilos».

Sin embargo, la patente de Tesla número 645576 fue restablecida en 1943 por la Corte Suprema de Estados Unidos, poco tiempo después de su muerte a causa de una trombosis coronaria. La decisión estaba basada en el hecho de que había un trabajo preexistente antes del establecimiento de la patente de Marconi. Existe la creencia de que esto se hizo, aparentemente, por razones financieras, para permitir al gobierno estadounidense eludir el pago de los daños que estaban siendo reclamados por la compañía Marconi por el uso de sus patentes durante la Primera Guerra Mundial.

También se habían hecho reclamos en el sentido de que Nathan Stubblefield inventó la radio antes que Tesla y Marconi, pero su dispositivo, al parecer, funcionaba mediante transmisión por inducción más que por radio transmisión.

La nueva gran invención fue la válvula termoiónica detectora, inventada por un equipo de ingenieros de Westinghouse.

La Nochebuena de 1906, utilizando el principio heterodino, Reginald Fessenden transmitió desde Brant Rock Station (Massachusetts) la primera radiodifusión de audio de la historia. Así, buques en el mar pudieron oír una radiodifusión que incluía a Fessenden tocando al violín la canción O Holy Night y leyendo un pasaje de la Biblia.

Un gran paso en la calidad de los receptores, se produce en 1918 cuando Edwin Armstrong inventa el superheterodino. Las primeras transmisiones radiodifundidas, para entretenimiento, comenzaron en 1920 en Argentina. El día 27 de agosto desde la azotea del Teatro Coliseo, la Sociedad Radio Argentina transmitió la ópera de Richard Wagner, Parsifal.

Comenzando así con la programación de la primera emisora de radiodifusión en el mundo.

La primera emisora de carácter regular e informativo es considerada por muchos autores la KDKA de Pittsburg (EEUU) que comenzó a emitir en el año 1920. La KDKA trasmitió por primera vez un reportaje sobre las elecciones norteamericanas. Ese mismo año, en Inglaterra, la estación de Chelmsford, perteneciente a la Marconi Wireless, emitía dos programas diarios, uno sobre música y otro sobre información. El 4 de noviembre de 1922 se fundó en Londres la British Broadcasting Corporation (BBC) que monopolizó las ondas inglesas. Ese mismo año, la Radio llega a Chile, con la Primera Transmisión Radial que la Universidad de Chile realizó desde el Diario El Mercurio de Santiago.

En los primeros tiempos de la radio toda la potencia generada por el transmisor pasaba a través de un micrófono de carbón. En los años 1920 la amplificación mediante válvula termoiónica revolucionó tanto los radiorreceptores como los radiotransmisores. Philips, Bell, Radiola y Telefunken consiguieron, a través de la comercialización de receptores de válvulas que se conectaban a la red eléctrica, la audición colectiva de la radio en 1928. No obstante, fueron los laboratorios Bell los responsables del transistor y, con ello, del aumento de la comunicación radiofónica.

En los años cincuenta la tecnología radiofónica experimentó un gran número de mejoras que se tradujeron en la generalización del uso del transistor.

Normalmente, las aeronaves utilizaban las estaciones comerciales de radio de modulación de amplitud (AM) para la navegación. Esto continuó así hasta principios de los años sesenta en que finalmente se extendió el uso de los sistemas VOR.

A principios de los años treinta radio-operadores aficionados inventaron la transmisión en banda lateral única (BLU).

En 1933 Edwin Armstrong describe un sistema de radio de alta calidad, inmune a los parásitos radioeléctricos, utilizando la modulación de frecuencia (FM). A finales de la década este procedimiento se establece de forma comercial, al montar a su cargo el propio Armstrong una emisora con este sistema. En 1948, la radio se hace visible: se desarrolla abiertamente la televisión.

En 1952, se transmite televisión comercial en color sistema NTSC, en EE.UU. En 1957, la firma Regency introduce el primer receptor transistorizado, lo suficientemente pequeño para ser llevado en un bolsillo y alimentado por una pequeña batería. Era fiable porque al no tener válvulas no se calentaba.

Durante los siguientes veinte años los transistores desplazaron a las válvulas casi por completo, excepto para muy altas potencias o frecuencias. En 1963, se establece la primera comunicación radio vía [satélite de comunicaciones].

Al final de los años sesenta la red telefónica de larga distancia en EE.UU comienza su conversión a red digital, empleando radio digital para muchos de sus enlaces.

En los años setenta comienza a utilizarse el LORAN, primer sistema de radionavegación. Pronto, la Marina de EE.UU. experimentó con la navegación satélite, culminando con la invención y lanzamiento de la constelación de satélites GPS en 1987.

En los años 1990 las nuevas tecnologías digitales comienzan a aplicarse al mundo de la radio. Aumenta la calidad del sonido y se amplía la cantidad de almacenaje. Se produce una sofisticación de los medios de edición y producción que tiene como característica principal la automatización de las emisoras.

Boletín, 22 de Mayo 2014: A 54 Años del Megaterremoto

por Luis Rodriguez Cuadra – CE5LRC

El Gran Terremoto de Chile, considerado como el mayor registrado en la historia de la humanidad, ocurrió el domingo 22 de mayo de 1960 a las 15:11 hora local. Su epicentro se registró  en las cercanías de la ciudad de Valdivia, Chile, y tuvo una magnitud de 9,6 (escala de Richter).  Junto al sismo  principal se registraron una serie de movimientos telúricos de importancia entre el 21 de mayo y el 6 de junio que afectaron a gran parte del sur de Chile.

El sismo fue percibido en diferentes partes del planeta y produjo un maremoto que afectó a diversas localidades a lo largo del océano Pacífico, como Hawaii y Japón, y la erupción del volcán Puyehue. Más de 2000 personas fallecieron y más de 2 millones quedaron damnificadas a causa de este desastre.

Todo comenzó en Concepción
Antes del amanecer del sábado 21 de mayo de 1960, a las 06:06, un fuerte sismo sacudió gran parte del sur de Chile. Se registraron 12 epicentros en la costa de la península de Arauco, actual Región del Biobío. El movimiento tuvo una magnitud de 7,75 en la escala de Richter y de VII en la escala de Mercalli, afectando principalmente la ciudad de Concepción, Talcahuano, Lebu, Chillán y Angol y fue percibido entre el Norte Chico y la zona de Llanquihue.

A las 6:33, un segundo movimiento similar al anterior, sacudió la zona y derrumbó las construcciones deterioradas por el primer terremoto. Sin embargo, no hubo víctimas fatales ya que gran parte de la población había evacuado los hogares por miedo a los derrumbes.

Las comunicaciones telefónicas desde Santiago de Chile al sur estaban interrumpidas y las primeras noticias de la situación se conocieron por los informes del periodista Enrique Folch que había captado señales de radioaficionados desde la zona de la tragedia. El presidente Jorge Alessandri inmediatamente suspendió las ceremonias en honor al Día de las Glorias Navales, y el tradicional mensaje del Presidente a la nación desde el Congreso Nacional.

Faltaba lo peor
Mientras Chile organizaba la ayuda a los habitantes de Concepción y las ciudades cercanas, una tragedia aún peor estaba por ocurrir. A las 15:11 hrs. del día domingo 22 de mayo de 1960 se produjo un tercer movimiento sísmico, pero su magnitud llegó hasta los 9,5 grados en la escala de Richter y tuvo una duración de 10 minutos aproximadamente.

Estudios posteriores afirmaron que dicho movimiento en realidad fue una sucesión de más de 37 terremotos cuyos epicentros se extendieron por más de 1350 km. El cataclismo devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, es decir, más de 400.000 km².

La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. En dicha ciudad, el terremoto alcanzó una intensidad de entre XI y XII grados en la escala de Mercalli.

Gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron inmediatamente, mientras el río Calle-Calle se desbordaba e inundaba las calles del centro de la ciudad. En el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar había subido cerca de 4 m antes de comenzar a retraerse rápidamente cerca de las 16:10, arrastrando a los barcos ubicados en la bahía.

El maremoto
A las 16:20, una ola de 8 metros de altura azotó la costa chilena entre Concepción y Chiloé a más de 150 km/h. Cientos de personas fallecieron al ser atrapados por el maremoto que destruyó pueblos en su totalidad. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando las ruinas de los pueblos costeros para nuevamente impactar con una ola superior a los 10 m de altura. Los navíos fueron completamente destruidos.

La onda expansiva comenzó posteriormente a recorrer el océano Pacífico. Casi quince horas tras el evento en Valdivia, un maremoto de 10 m de altura azotó la isla de Hilo, en el archipiélago de Hawái, a más de 10.000 km de distancia del epicentro, provocando la muerte de 61 personas. Similares eventos se registraron en Japón, las Filipinas, Rapa Nui, en el estado de California, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.

Consecuencias
Gran parte del sur de Chile se vio destruido por el terremoto. Chillán, la ciudad más austral que mantenía contacto con Santiago tras el terremoto, tuvo un 20% de sus edificios dañados gravemente. Talcahuano quedó con el 65% de sus viviendas destruidas y un 20% de las que se mantenían estaban inhabitables, mientras la vecina ciudad de Concepción contaba con más de 125 muertos y 2.000 hogares arrasados. El puente sobre el río Biobío se derrumbó en tres secciones, mientras la usina de Huachipato estuvo a punto de quedar inutilizable, luego de que la mezcla de hierro comenzara a enfriarse tras el corte de la energía eléctrica.

El agua inundó las minas subterráneas de carbón de la península de Arauco. Los Ángeles fue destruida en un 60% y Angol por sobre el 82%, quedando 6.000 personas en dicha ciudad sin hogar. El lago Villarrica se desbordó, mientras un alud de tierra sepultó a los 300 habitantes de la comunidad mapuche de Peihueco.

Valdivia y sus alrededores fueron las zonas más afectadas con este  desastre natural. El 40% de los hogares fueron destruidos por el movimiento telúrico, dejando a más de 20.000 personas damnificadas.

El río Calle-Calle se desbordó inundando gran parte del centro de la ciudad, lo que obligó a la evacuación de los barrios de Collico, Las Ánimas e Isla Teja.

Los principales edificios, como el del Cuerpo de Bomberos y el Hospital, quedaron inutilizables. El cercano puerto de Corral sufrió el azote del tsunami que arrastró a gran parte de su población, dejando centenares de muertos y desaparecidos. La bahía en que desemboca el río Valdivia recibió a diversos barcos arrastrados por las olas.

Al igual que en Corral, en toda la costa el tsunami provocó más daños que el terremoto mismo. En la zona de Cautín, los pueblos de Toltén, Puerto Saavedra y Queule fueron prácticamente borrados del mapa terrestre. Mientras en Puerto Saavedra, su población de 2.500 habitantes alcanzó a huir a tierras altas antes de presenciar como las olas arrastraban las casas mar adentro.

Situaciones semejantes ocurrieron en poblados de la costa de Valdivia (como Los Morros, San Carlos, Amargos, Camino Amargos, Corral Bajo, La Aguada, San Juan, Ensenada, Niebla, Mehuín y Los Molinos); y la costa de la provincia de Osorno (Bahía Mansa, Pucatrihue, Maicolpué y Choro Traiguén).

Puerto Montt sufrió la destrucción del 80% de sus construcciones, tanto por el terremoto como por el tsunami y los posteriores incendios, desapareciendo el mercado de Angelmó entre otras localidades.

En Chiloé, gran parte de los pueblos costeros también sufrieron el embate de las aguas y se destruyó la mayor parte de los palafitos que en lugares como Chonchi o Dalcahue; los pequeños poblados de la costa occidental quedaron aislados y Rahue fue completamente arrasado.

Boletín, 21 de Mayo 2014: Combate Naval de Iquique

por Luis Rodriguez Cuadra – CE5LRC

El 21 de mayo es una celebración memorable para los chilenos. Es el día en que recordamos la Gesta Naval de Iquique, uno de los principales hechos de la Guerra del Pacífico (1879-1883).

Este Combate se enmarca en el contexto del conflicto armado entre Chile, Perú y Bolivia, que se disputan los territorios chilenos de las regiones del Norte Grande chileno.

El célebre 21 de mayo fue el día en que los marineros de la vieja nave Esmeralda, comandados por Arturo Prat, ofrendaron sus vidas por la causa patriótica de defender el territorio de norte que consideraban como tierras chilenas.

Los héroes de Iquique, lucharon en una sangrienta batalla, por lo que les parecía justo, entregaron sus vidas en un combate muy desigual contra las fuerzas del entonces indestructible Huáscar.

Las naves chilenas habían sitiado el puerto de Iquique, durante varios días, no obstante el 21 de mayo, los acorzados peruanos Huáscar e Independencia, irrumpieron frente a este puerto nortino con el objetivo de romper el bloqueo.

El Huáscar bombardeó repetidamente a ese viejo barco de madera, la Esmeralda, pero solo logró hundirla después de varios espolonazos. Los marineros chilenos de la Esmeralda, comandados por Arturo Prat Chacón, no se rinden ante tan poderosos enemigos, por lo que van muriendo en cada ataque del acorazado. En el primer espolonazo nuestro héroe de Iquique, Arturo Prat salta sobre la cubierta del Huáscar; gritando ¡Al abordaje! …unos pocos marineros lo escucharon y siguen sus pasos, los que se encuentran con el nutrido fuego enemigo, recibiendo una heroica muerte, junto a su notable capitán chileno Arturo Prat. Al tercer embiste del acorazado Huáscar, la vieja Esmeralda se hunde con su bandera chilena en alto.

La Covadonga comandada por Carlos Condell, viró hacia el sur en dirección a Punta Gruesa, por lo que la Independencia le persigue. Ante esto el barco chileno maniobra entre los arrecifes que eran desconocidos por los marineros peruanos, una hábil maniobra que lleva al barco peruano a encallar entre el roquerío, lo que aprovecharon los marineros de la Covadonga para cañonearlos y lograr que se rindan. Un acierto estratégico, pleno de astucia y habilidad que permitió paralizar a la Independencia.

ARENGA DE ARTURO PRAT CHACÓN: “Muchachos!! La Contienda es desigual…Pero como sabéis, nuestro Pabellón nunca ha sido arriado ante el enemigo, y espero que no sea esta la ocasión de hacerlo. Mientras yo viva, os aseguro que esa bandera flameará en su lugar; y si yo muero, mis oficiales sabrán cumplir con su deber… VIVA CHILE!!!! ” (Esta arenga fue dicha por el Héroe, en el momento que se apresta a defender el Puerto de Iquique, a fin de motivar y encender el patriotismo en sus subordinados)

Boletín, 20 de Mayo 2014: La Cruz de Mayo

por Luis Rodriguez Cuadra – CE5LRC

La Cruz de Mayo ha sido una tradición popular arraigada durante generaciones, especialmente en los campos y ciudades de la zona sur del país (principalmente la región de la Araucanía y de Los Ríos). Se conmemora en la noche del 2 de mayo, víspera de la fecha en que, durante siglos, se celebró la Festividad Litúrgica de la Santa Cruz, rememorando el hallazgo en ese día del Sagrado Madero por la Emperatriz santa Helena.

Se trata de una de las fiestas religiosas populares de origen más antiguo en Chile. Ella remonta a los tiempos mismos de la Conquista. Los misioneros apenas manejaban el idioma de los pueblos originarios a quienes venían a evangelizar; para hacerse entender, necesitaron servirse de signos externos que reforzaran su enseñanza. Era primordial inculcar la idea de Dios unida al misterio de la redención y a la verdad de la recompensa después de esta vida. Los símbolos suelen ser más elocuentes que las palabras, llegando directamente a los corazones. Los evangelizadores recurrían entonces a ese símbolo máximo de la Redención que es la Cruz, la cual colocaban en alguna colina o lugar visible, cerca de donde realizaban sus misiones.

Alrededor de ella se reunían en el mes de mayo, desde esos primeros tiempos, cofradías dedicadas al culto de la Santa Cruz de Cristo, acudían hermandades de bailes chinos a danzar en su homenaje o dirigían oraciones los fiscales, auxiliares laicos nombrados por los misioneros en los pueblos evangelizados para mantener allí las prácticas religiosas y la sanidad de la doctrina.

Posteriormente, esas cruces — objeto de gran veneración en los campos — comenzaron a ser arregladas con flores y variados adornos. Cruces así engalanadas, pasaron entonces a ser conducidas por los pueblos, en procesión, el día 2 de mayo. En las casas se honraba la cruz con el rezo del rosario, las letanías y el canto a lo divino; luego se festejaba con mistelas y “gloriao”.

La hermosa costumbre popular atravesó los siglos y llegó hasta nuestros días. De modo que, no hace mucho, era común todavía en nuestros campos y ciudades, dedicarse la tarde de ese día a adornar la cruz con flores y a fabricar farolitas en que se encendían velas para los acompañantes. Llegada la noche, grupos familiares, de amigos, vecinos o parroquiales salían cantando y visitando casa por casa para recolectar una limosna, comúnmente en especies, la cual era distribuida después a algún asilo u hospital.

Mientras recorría las residencias el grupo entonaba:

“Aquí anda la Santa Cruz
visitando a sus devotos,
con un cabito de vela
y un cantarito de mosto.
“Si lo tiene no lo niegue
que no le hará ningún daño
por regalarle una limosna
a la Santa Cruz de Mayo.”

Si en la casa entregaban una ofrenda, el canto se concluía de esta manera:

“Muchas gracias Señorita (caballero si es varón)
por la limosna que ha dado
pasaron las Tres Marías
por el camino sagrado
Viva la Cruz de Mayo !!!!
Viva!!!! ( responden todos)

Si por el contrario no les abrían la puerta:

“Esta es la casa de los pinos
donde viven los mezquinos
esta es la casa de los tachos
donde viven los borrachos.”

Esta antiquísima tradición de nuestro catolicismo popular se mantuvo viva hasta la década de los 70. Y desde hace algunos años, ella viene siendo retomada en diversas comunas del sur de Chile. Canciones y trajes, velas y faroles vuelven a decoran el exterior; y en el interior, el regocijo se expande cuando la Cruz, entretejida de flores y cintas, inicia a su viaje en procesión por las calles. Mientras la Cruz avanza, las puertas de los hogares se van abriendo. Muchos donan alimentos que luego serán repartidos a las familias más necesitadas del área parroquial.

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